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lunes, 8 de julio de 2013

pedaletas (pulpo á feira)

El otro día en la playa mis  hij@s y mis sobrin@s se empeñaron en coger una pedaleta, y como sus deseos son ordenes, sobretodo en esta época estival, ahí nos fuimos a navegar. Hacía unos quinientos años, año arriba año abajo, que no me montaba en uno de estos simpáticos artilugios que, junto a las sombrillas y a los guiris, invaden nuestras playas; uffff!!! He de decir que estoy mayorcisima . . . me costaba un montón pedalear . . . no me atreví a poner un pie fuera de ella . . . veía a los niñ@s ahogados en todo momento . . . hasta incluso me llegué a marear . . . Bueno, y que me decís de lo que evolucionaron, ahora tienen como una especie de tumbonas para tomar el sol en la parte de atrás, e incluso las hay con tobogán, nada que ver como las que había cuando yo era pequeña, unos armatostes que pesaban un quintal y que no se movía ni por una apuesta, o las ultimas que recuerdo de mi época adolescente, minúsculas y muy ligeras, que en un momentito, y si te descuidabas un poco, podías llegar hasta una isla caribeña . . .  Pues el otro día, mientras pedaleaba sin parar sudando la gota gorda, me acordé de una rocambolesca historia protagonizada por unas pedaletas  . . . Allá por los años noventa, un grupo de amigos hizo una hoguera en la playa, y, después de tomarse unas cuantas copas alrededor del fuego, decidieron dar un paseo por el arenal, con tan mala suerte que se toparon de bruces con las pedaletas; ni cortos ni perezosos, y bajo la influencia de la ingesta de bebidas espirituosas, decidieron cogerlas y darse un paseo por el mar, en plena noche y sin luz . . . Las bajaron a la orilla, se montaron en ellas y venga a pedalear . . . a ninguno se le ocurrió pensar que el dueño de las pedaletas había quitado el tapón de seguridad para evitar que cualquier simpático se aventurara mar adentro en plena noche, así que en menos que canta un gallo, aquellas pedaletas comenzaron a llenarse de agua. Yo no estaba allí, pero, por lo que me contaron antaño, aquello, entre que era de noche, que no se veía un pimiento y que, aun encima, después de unas copas de mas todo se exagera, debió ser una especie de hundimiento del titanic pero en las rías baixas . . .  Hubo momentos de cierta tensión porque alguno de los tripulantes no daba aparecido, y, ahora en serio, se temía lo peor; pero al final, todos los grumetes se juntaron en puerto, aunque a mas de uno, del susto, se le pasó la borrachera de golpe . . . Conclusión y parafraseando al gran Stevie Wonder: "Si bebes no conduzcas . . . pedaletas". Así que para celebrar el aniversario de la mítica historia de las pedaletas, que no pasa un verano sin que, por un motivo u otro, me acuerde de ella, os traigo un plato muy veraniego igual que las susodichas, una fantástica tapa de pulpo.

Pulpo á feira

Ingredientes:

El pulpo hay que congelarlo y tenerlo en el congelador unos tres o cuatro días. Ponemos una olla con agua al fuego. Cuando empiece a hervir escaldamos el pulpo (que habremos descongelado previamente) tres veces y lo metemos en la olla. Dejamos que hierva unos veinte minutos y transcurrido ese tiempo pinchamos con un tenedor. Si notamos que todavía está un poco duro seguimos cociendo unos minutos mas hasta que notemos que ya no está duro pero sin que se llegue a ablandar demasiado.Sacamos el pulpo y lo cortamos con unas tijeras. Aliñamos con un buen chorro de aceite de oliva virgen, pimentón dulce y picante y un buen puñado de sal Lo acompañamos de patatas que las podéis cocer con el pulpo y os quedaran rosáceas y muy sabrosas.




pulpo á feira


2 comentarios:

  1. Me encanta el pulpo de esta forma, pero nunca me he atrevido a hacerlo o mejor dicho a cocerlo, por miedo a que na me saliera bien.
    Una pregunta, ¿al agua en la que cueces el pulpo no le pones sal?
    Riquísimo

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    1. No Ana, al agua no se le pone sal, la sal se la ponemos una vez cocido. Anímate a hacerlo, es muy facil, ya me contarás. Un beso!!!!!

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